Un desayuno rico y sano puede prevenir la obesidad infantil.
El desayuno es la comida más importante del día. Además de mejorar el desempeño en la escuela, evita el sueño a media mañana. El desayuno debería suministrar al menos la cuarta parte de las necesidades nutrimentales diarias de nuestros pequeños, incluyendo alrededor de 450 kilocalorías.
Cuando los niños y las niñas no desayunan bien no tienen la energía y la vitalidad para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que les exigen las actividades escolares y deportivas.
Un desayuno incompleto, hará que los pequeños sientan, a media mañana, la necesidad de un gran aporte energético que trataran de cubrir consumiendo productos de alto contenido de azúcar y grasas, como los pastelitos, papitas y tantos otros que están directamente relacionados con el crecimiento de los índices de obesidad durante la infancia.
En muchas ocasiones, por falta de tiempo, prisas y atrasos ocasionados por no dejar previsto desde la noche lo que tenemos que llevar al salir de casa por las mañanas, algunas familias prescinden de dar de desayunar adecuadamente a los pequeños, o incluso llegan a mandarlos sin desayuno.
El desayuno ideal es variado y en general debe contener:
Ø Fruta: de preferencia natural y fresca o en jugos
Ø Cereal: una tortilla, una rebanada de pan integral, cereal o avena
Ø Lácteos: leche o yogurt o queso
Ø Proteína animal: huevo, jamón, salchicha
Ø Pequeñas cantidades de azúcares y grasas: una cucharada de grasa vegetal para la preparación del huevo o una de mermelada en su rebanada del pan integral
Ø Verdura: utilizada por ejemplo, en la preparación del huevo (huevo a la mexicana o ejotes con huevo) o del jugo (nopal, apio, zanahoria)
Como mínimo te aconsejo incluir una ración de fruta, una de cereal (de preferencia integral), leche o yogurt y algo de proteína animal.
Insisto, amigo lector, en que cuando el desayuno aporta estos alimentos, con toda seguridad contribuirá a que los niños y niñas tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades que les exijan en la escuela y cumplir por las tardes con sus tareas y las actividades deportivas a las que muchos pequeños asisten durante la semana y que resulta de gran beneficio.
Si se lleva algún alimento a la escuela para tomarlo en el recreo o descanso, se debe procurar que sea un complemento al desayuno y no un sustituto.
Amigo lector, todo es cuestión de hábito, si desde la más temprana edad los niños y las niñas son acostumbrados a desayunar bien, su organismo se habituará y exigirán un buen desayuno todos los días. Se sentirán satisfechos y evitarán la obesidad.
Promovamos la felicidad y evitemos las enfermedades de los niños mediante una correcta y agradable alimentación. Los veo con gusto en mi próxima edición. Recuerda escribirme a [email protected]. Con el cariño e interés de siempre, te mando un abrazo, Tu amiga nutrióloga, Carmen Serdán.
Consejos de Carmen Serdán para fomentar un buen desayuno y evitar obesidad:
1) Prepárale a tu pequeño la mesa de una forma atractiva
2) Fomenta su responsabilidad estimulándole a preparar su desayuno
3) Vigila la dieta general y los hábitos higiénicos
4) Escucha siempre a tu hijo. Los niños y las niñas que no desayunan dicen frases como “tengo sueño”, “no tengo tiempo”, “no me gusta la comida” o “no tengo apetito”. Busca alternativas y no busques como pretexto la flojera que luego tienen los papás
5) Siempre que te sea posible, desayuna con tu pequeño: el ejemplo es el mejor consejero.
6) Evita las excusas de falta de apetito o tiempo para prestar la atención que merece el desayuno, ya que en realidad se trata de una falta de costumbre o hábito.
7) Planifica el desayuno procurando siempre tener listos todos los alimentos necesarios para un almuerzo variado, si es necesario déjalos semi-preparados desde la noche anterior o tómate tu tiempo para preparar el desayuno. Pon el despertador y así no hay excusas.
8) Evita las cenas excesivas. Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pordiosero.
El desayuno es la comida más importante del día. Además de mejorar el desempeño en la escuela, evita el sueño a media mañana. El desayuno debería suministrar al menos la cuarta parte de las necesidades nutrimentales diarias de nuestros pequeños, incluyendo alrededor de 450 kilocalorías.
Cuando los niños y las niñas no desayunan bien no tienen la energía y la vitalidad para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que les exigen las actividades escolares y deportivas.
Un desayuno incompleto, hará que los pequeños sientan, a media mañana, la necesidad de un gran aporte energético que trataran de cubrir consumiendo productos de alto contenido de azúcar y grasas, como los pastelitos, papitas y tantos otros que están directamente relacionados con el crecimiento de los índices de obesidad durante la infancia.
En muchas ocasiones, por falta de tiempo, prisas y atrasos ocasionados por no dejar previsto desde la noche lo que tenemos que llevar al salir de casa por las mañanas, algunas familias prescinden de dar de desayunar adecuadamente a los pequeños, o incluso llegan a mandarlos sin desayuno.
El desayuno ideal es variado y en general debe contener:
Ø Fruta: de preferencia natural y fresca o en jugos
Ø Cereal: una tortilla, una rebanada de pan integral, cereal o avena
Ø Lácteos: leche o yogurt o queso
Ø Proteína animal: huevo, jamón, salchicha
Ø Pequeñas cantidades de azúcares y grasas: una cucharada de grasa vegetal para la preparación del huevo o una de mermelada en su rebanada del pan integral
Ø Verdura: utilizada por ejemplo, en la preparación del huevo (huevo a la mexicana o ejotes con huevo) o del jugo (nopal, apio, zanahoria)
Como mínimo te aconsejo incluir una ración de fruta, una de cereal (de preferencia integral), leche o yogurt y algo de proteína animal.
Insisto, amigo lector, en que cuando el desayuno aporta estos alimentos, con toda seguridad contribuirá a que los niños y niñas tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades que les exijan en la escuela y cumplir por las tardes con sus tareas y las actividades deportivas a las que muchos pequeños asisten durante la semana y que resulta de gran beneficio.
Si se lleva algún alimento a la escuela para tomarlo en el recreo o descanso, se debe procurar que sea un complemento al desayuno y no un sustituto.
Amigo lector, todo es cuestión de hábito, si desde la más temprana edad los niños y las niñas son acostumbrados a desayunar bien, su organismo se habituará y exigirán un buen desayuno todos los días. Se sentirán satisfechos y evitarán la obesidad.
Promovamos la felicidad y evitemos las enfermedades de los niños mediante una correcta y agradable alimentación. Los veo con gusto en mi próxima edición. Recuerda escribirme a [email protected]. Con el cariño e interés de siempre, te mando un abrazo, Tu amiga nutrióloga, Carmen Serdán.
Consejos de Carmen Serdán para fomentar un buen desayuno y evitar obesidad:
1) Prepárale a tu pequeño la mesa de una forma atractiva
2) Fomenta su responsabilidad estimulándole a preparar su desayuno
3) Vigila la dieta general y los hábitos higiénicos
4) Escucha siempre a tu hijo. Los niños y las niñas que no desayunan dicen frases como “tengo sueño”, “no tengo tiempo”, “no me gusta la comida” o “no tengo apetito”. Busca alternativas y no busques como pretexto la flojera que luego tienen los papás
5) Siempre que te sea posible, desayuna con tu pequeño: el ejemplo es el mejor consejero.
6) Evita las excusas de falta de apetito o tiempo para prestar la atención que merece el desayuno, ya que en realidad se trata de una falta de costumbre o hábito.
7) Planifica el desayuno procurando siempre tener listos todos los alimentos necesarios para un almuerzo variado, si es necesario déjalos semi-preparados desde la noche anterior o tómate tu tiempo para preparar el desayuno. Pon el despertador y así no hay excusas.
8) Evita las cenas excesivas. Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pordiosero.