HAMBRE-----Conduce a la conducta de comer------Relación Psicología con la Nutrición:
Es una fuente motivacional o necesidad universal.
Se relaciona con el aprendizaje, con factores sociales, cognoscitivos (de conocimiento) y físicos.
Como el tener hambre implica el hecho de comer y el comer es una conducta, es por lo que la psicología tiene íntima relación con la nutrición.
¿Cómo se inicia la conducta de comer? A través de los mecanismos fisiológicos y de regulación de ingesta de alimentos para:
1) Satisfacer demandas fisiológicas inmediatas
2) Mantener a largo plazo un peso corporal ideal y estable
Por lo tanto, comer es una conducta motivada, pero también determinada por factores:
ü Sociales
ü Económicos
ü De aprendizaje
ü Cognoscitivo
ü Estrés.
En los últimos años se hace culto a la figura esbelta y paradójicamente también ha aumentado el porcentaje de obesidad. En la obesidad influyen factores biológicos y genéticos, al igual que los malos hábitos alimentarios y la poca actividad física desde la infancia. Nota: El principio fundamental para la regulación del peso corporal, es el equilibrio entre lo que se consume y lo que se gasta, y si alguno llega al extremo, es ahí donde se puede ocasionar la obesidad. Ejemplo: Un niño obeso que come galletas todo el día y no hace ejercicio, este será de adulto el típico obeso, porque la conducta de comer no la manejó adecuadamente en su infancia ni los buenos hábitos alimentarios.
Los estados emocionales, como el aburrimiento, la soledad, el aislamiento, también influyen en el apetito, en la cantidad de alimentos que consumimos y también conducen a comer sin tener hambre.
Si un niño llora o se pelea y los padres sólo lo consuelan con un alimento o un caramelo, asociará el alimento con una sensación de consuelo y al pasar a ser adulto, éste comerá cada vez que sienta algún malestar para querer lograr consolarse. Si en la niñez, la única fuente de atención es la comida, de adulto sustituirá las relaciones interpersonales por alimentos, es decir, como fuente de estímulo, y más aún cuando se encuentre sólo, aburrido o nervioso .La comida se convierte en un medio para distraerse de otros problemas, incluso por falta de actividad sexual.
Ya en 1971, Schachter, habla sobre la importancia orgánica y ambiental como clave en la conducta alimentaria, es decir, sobre la necesidad fisiológica y la influencia social en los aspectos del comportamiento ante la alimentación. Las personas con sobrepeso son menos sensibles a las señales orgánicas o internas reales de hambre, más bien responden a estímulos externos o ambientales como la hora del día, la vista, el olor de la comida.
Ojo amigo lector, opuesto a la obesidad están los trastornos que conducen a la delgadez excesiva. Los medios de comunicación en la actualidad fomentan la belleza humana extremadamente delgada, principalmente la femenina. Hoy por hoy, creen que para ser atractiva una mujer, debe tener una figura como de modelo de televisión, flaca, cara angulosa, poco busto y menos caderas, por lo que es difícil para la mujer latina pues su complexión es más redondeada, con estatura media, amplias caderas y pechos grandes. Todo esto, ha provocado, sobretodo en adolescente, preocupación terrible para lograr el supuesto ideal de belleza, y lo que crea en realidad es insatisfacción, inseguridad, aislamiento social y trastornos psicológicos graves como por ejemplo la anorexia nerviosa o la bulimia.
Consejos de Carmen Serdán:
Ø No pases más de 4 horas sin comer ya que al saltear comidas y pasar largo tiempo sin ingerir alimentos, las hormonas que indican la sensación de hambre se elevan progresivamente haciendo más intenso el deseo de comer, por ello, mejor comer cada 3-4 horas para mantener a raya dichas hormonas de hambre.
Ø Incluye en las comidas alimentos de bajo índice glucémico como los cereales, ya que con ésto lograremos sentir saciedad por más tiempo, y dado que la glucosa en sangre se eleva lentamente en el tiempo, el cuerpo no se queda sin energía rápidamente ni libera una gran cantidad de insulina en poco tiempo, con lo cual no hay un bajón de glucosa brusco que posteriormente genera hambre. Nota: si son integrales los cereales mejor porque contienen fibra y nos generan más saciedad.
Ø Incluye proteínas en las comidas, son una fuente de proteína es la clave para mantener al cuerpo saciado por más tiempo, pues las proteínas demoran el trabajo digestivo y nos mantienen saciados por más tiempo. Incluir huevos, leche, yogur, queso o carnes así como otras fuentes de proteínas es lo ideal para no llegar con mucha hambre a la próxima comida.
Ø Bebe abundante líquido previo a la ingesta para calmar nuestras ansias de comer antes de comenzar a dar rienda suelta al ataque de hambre, por lo tanto, beber abundante líquido puede ayudarnos a convertir el “ataque” en una comida normal.
Ø Haz colaciones o snacks entre comidas principales, lo ideal es incluir un tentempié saludable a media mañana o media tarde de manera de no dejar que las hormonas de hambre continúen subiendo a niveles que producen el famoso ataque de hambre. Puedes consumir un yogur con frutas, una barrita de cereales, unas almendras u otro fruto seco, entre otros.
Ø Registra las comidas, come siempre sentado, mastica bien y concéntrate en la comida, de lo contrario, no harás un registro mental de la misma y llegarás a la próxima comida como si no hubieras comido nada previamente, es decir, con un ataque de hambre.
Es una fuente motivacional o necesidad universal.
Se relaciona con el aprendizaje, con factores sociales, cognoscitivos (de conocimiento) y físicos.
Como el tener hambre implica el hecho de comer y el comer es una conducta, es por lo que la psicología tiene íntima relación con la nutrición.
¿Cómo se inicia la conducta de comer? A través de los mecanismos fisiológicos y de regulación de ingesta de alimentos para:
1) Satisfacer demandas fisiológicas inmediatas
2) Mantener a largo plazo un peso corporal ideal y estable
Por lo tanto, comer es una conducta motivada, pero también determinada por factores:
ü Sociales
ü Económicos
ü De aprendizaje
ü Cognoscitivo
ü Estrés.
En los últimos años se hace culto a la figura esbelta y paradójicamente también ha aumentado el porcentaje de obesidad. En la obesidad influyen factores biológicos y genéticos, al igual que los malos hábitos alimentarios y la poca actividad física desde la infancia. Nota: El principio fundamental para la regulación del peso corporal, es el equilibrio entre lo que se consume y lo que se gasta, y si alguno llega al extremo, es ahí donde se puede ocasionar la obesidad. Ejemplo: Un niño obeso que come galletas todo el día y no hace ejercicio, este será de adulto el típico obeso, porque la conducta de comer no la manejó adecuadamente en su infancia ni los buenos hábitos alimentarios.
Los estados emocionales, como el aburrimiento, la soledad, el aislamiento, también influyen en el apetito, en la cantidad de alimentos que consumimos y también conducen a comer sin tener hambre.
Si un niño llora o se pelea y los padres sólo lo consuelan con un alimento o un caramelo, asociará el alimento con una sensación de consuelo y al pasar a ser adulto, éste comerá cada vez que sienta algún malestar para querer lograr consolarse. Si en la niñez, la única fuente de atención es la comida, de adulto sustituirá las relaciones interpersonales por alimentos, es decir, como fuente de estímulo, y más aún cuando se encuentre sólo, aburrido o nervioso .La comida se convierte en un medio para distraerse de otros problemas, incluso por falta de actividad sexual.
Ya en 1971, Schachter, habla sobre la importancia orgánica y ambiental como clave en la conducta alimentaria, es decir, sobre la necesidad fisiológica y la influencia social en los aspectos del comportamiento ante la alimentación. Las personas con sobrepeso son menos sensibles a las señales orgánicas o internas reales de hambre, más bien responden a estímulos externos o ambientales como la hora del día, la vista, el olor de la comida.
Ojo amigo lector, opuesto a la obesidad están los trastornos que conducen a la delgadez excesiva. Los medios de comunicación en la actualidad fomentan la belleza humana extremadamente delgada, principalmente la femenina. Hoy por hoy, creen que para ser atractiva una mujer, debe tener una figura como de modelo de televisión, flaca, cara angulosa, poco busto y menos caderas, por lo que es difícil para la mujer latina pues su complexión es más redondeada, con estatura media, amplias caderas y pechos grandes. Todo esto, ha provocado, sobretodo en adolescente, preocupación terrible para lograr el supuesto ideal de belleza, y lo que crea en realidad es insatisfacción, inseguridad, aislamiento social y trastornos psicológicos graves como por ejemplo la anorexia nerviosa o la bulimia.
Consejos de Carmen Serdán:
Ø No pases más de 4 horas sin comer ya que al saltear comidas y pasar largo tiempo sin ingerir alimentos, las hormonas que indican la sensación de hambre se elevan progresivamente haciendo más intenso el deseo de comer, por ello, mejor comer cada 3-4 horas para mantener a raya dichas hormonas de hambre.
Ø Incluye en las comidas alimentos de bajo índice glucémico como los cereales, ya que con ésto lograremos sentir saciedad por más tiempo, y dado que la glucosa en sangre se eleva lentamente en el tiempo, el cuerpo no se queda sin energía rápidamente ni libera una gran cantidad de insulina en poco tiempo, con lo cual no hay un bajón de glucosa brusco que posteriormente genera hambre. Nota: si son integrales los cereales mejor porque contienen fibra y nos generan más saciedad.
Ø Incluye proteínas en las comidas, son una fuente de proteína es la clave para mantener al cuerpo saciado por más tiempo, pues las proteínas demoran el trabajo digestivo y nos mantienen saciados por más tiempo. Incluir huevos, leche, yogur, queso o carnes así como otras fuentes de proteínas es lo ideal para no llegar con mucha hambre a la próxima comida.
Ø Bebe abundante líquido previo a la ingesta para calmar nuestras ansias de comer antes de comenzar a dar rienda suelta al ataque de hambre, por lo tanto, beber abundante líquido puede ayudarnos a convertir el “ataque” en una comida normal.
Ø Haz colaciones o snacks entre comidas principales, lo ideal es incluir un tentempié saludable a media mañana o media tarde de manera de no dejar que las hormonas de hambre continúen subiendo a niveles que producen el famoso ataque de hambre. Puedes consumir un yogur con frutas, una barrita de cereales, unas almendras u otro fruto seco, entre otros.
Ø Registra las comidas, come siempre sentado, mastica bien y concéntrate en la comida, de lo contrario, no harás un registro mental de la misma y llegarás a la próxima comida como si no hubieras comido nada previamente, es decir, con un ataque de hambre.